Esta preciosa guitarra, construida por Manuel Contreras en 1968, acaba de volver a casa; y guarda una bellísima historia.
Esta guitarra, construida por Manuel Contreras I en 1968, perteneció hasta su fallecimiento, en el año 2020, al más eminente experto en la figura y la obra de Francisco de Quevedo: el hispanista norteamericano James O. Crosby (Nueva York, 1924-2020). Su investigación y publicaciones están consideradas como pioneras en lo que se refiere a la edición crítica de textos del Siglo de Oro tanto en prosa como en verso. En ellas dedicó especial atención a Cervantes y se consagró como un excepcional experto en Quevedo, sobre el que publicó once libros. Filólogo y profesor universitario formado en la Universidad de Yale, donde eventualmente recibió clases de Dámaso Alonso y Rafael Lapesa, James O. Crosby residió por primera vez en Madrid en 1952 mientras investigaba para su tesis doctoral Quevedo en Italia, un satírico en política (1954) en la que se estudiaban los años que Quevedo pasó en Italia, Sicilia y Nápoles al servicio del virrey, Duque de Osuna.
En los años 60, siendo ya profesor en las universidades de Illinois y Hanover, New Hampshire, Crosby pudo trasladarse de nuevo a España, en licencia de estudios, en dos ocasiones más. La última de ellas, a Madrid, con su familia, a finales de esa década. James O. Crosby fue un gran amante de la guitarra española, seguramente influenciado por los nexos de su desarrollo y expansión con nuestro Siglo de Oro, documentados en numerosas fuentes históricas y literarias y, con toda seguridad, en los materiales de su propiedad que durante su vida fue recogiendo en su magnífica biblioteca particular.
Tras el fallecimiento de Crosby, su guitarra fue adquirida por un íntimo amigo de su familia, Lou Cuneo, quien, en marzo de 2024, durante una entrañable visita, nos hizo entrega de ella con estas palabras:
La he traído para vosotros; es donde debe estar. Ha vuelto a casa.
